miércoles, 10 de diciembre de 2014
CAPITULO 50
Destellos de triunfo.
—¿Qué tal luzco?
—Si desabotonas al menos tres botones, podríamos vender tus favores en las calles—Javier le frunció el ceño, vagamente ofendido por su comentario.
—Pues aun no estoy tan desesperado, como para intentar robarte el trabajo—Pedro rió, mirándolo a través del reflejo del espejo.
Se colocó el saco que terminaba por completar su atuendo formal, nunca se sentía cómodo vistiendo de ese modo, pero la situación requería cierta decencia por su parte. Luego se volvió y alzó las manos, esperando su crítica.
—Nada mal—Sentenció su agente, observándolo con poco interés—.Casi pareces un niño grande.
—Oh gracias, entonces he conseguido el efecto esperado.
—Al menos te dignaste a usar pantalones, eso es un gran merito—Javier deambuló por la habitación, toqueteando libros o pasando sus dedos por la cómoda, como si de alguna forma estuviese evitando entrar en una charla mas profunda. Pedro se dedicó a colocarse los gemelos, en tanto que fingía no sentir la tensión en el ambiente. —Así que… ¿Qué tal Roma?
—Ya sabes, misma fuente, mismo coliseo, mismo paisaje…
—La ciudad del amor—masculló su amigo en voz queda, deslizando la mirada un segundo en su dirección. Pedro le dedicó un chasquido de lengua.
—Esa es Paris.
—¿En verdad? Hubiese jurado que era Roma.
—Pues no—Javier se encogió de hombros.
—Supongo que no importa la ciudad, estando enamorado todas deben se verse estupendas ¿no lo crees?
—¿A qué viene esto?—preguntó fastidiado, ante la dirección que tomaba la conversación.
—A nada, solo hacía un comentario.
—Tú no haces comentarios sin intención, dime qué te traes—Él no respondió, sino que se dedicó a darle una mirada inocente. —Vale, Javier…no debes preocuparte, te dije que me comportaría.
—No digo lo contrario, confío en ti. Pero es que a veces tu racionalidad, no corre en la misma dirección que la mía.
—¿Acaso piensas que hare una escena?—rió suavemente—. Me tienes en muy baja estima, compañero. No tengo razón para comportarme mal, verla no me produce nada. Eso está en el pasado…—Javier enarcó una ceja y Pedro se silenció, sabía que ese gorgoteó verbal parecía decir todo lo contrario. Parecía que de alguna forma, no solo intentaba convencer a su amigo sino que intentaba convencerse a sí mismo. Cosa que era completamente mentira.
—Esto es importante para ambos, Pedro. No solo para ti y Paula, también para mí—Se acercó unos pasos, viéndolo fijamente a los ojos. —Jamás esperé que dos de mis escritores, obtuvieran una nominación. ¿Entiendes la magnitud de este evento?
Pedro lo miró confuso, sin atinar una reacción más cínica o más desinteresada. Algo que le habría gustado mostrar, algo que debería haber mostrado. No tendría que sentir curiosidad, pero allí estaba presente el sentimiento y por más que quiso patear la duda de su mente, se encontró a sí mismo haciendo la pregunta.
—¿A qué te refieres con dos de tus escritores? —Su agente lució un gesto aun mas desconcertado que el suyo propio.
—¿A qué me refiero? No estés de broma, Pedro. Necesito que te enfoques en lo importante, necesito que hoy entres en ese salón, sonrías y te muestres estúpidamente feliz con tu vida.
—¿Por qué no iba a mostrarme feliz?
—Bien, sabes… eres un idiota— Javier se dio la vuelta dirigiéndose a la puerta. —Solo promete que te comportaras, si no quieres hablar con ella, perfecto. Eso hará las cosas más fáciles.
—No respondiste mi pregunta— Su voz lo detuvo en medio de su dramática retirada.
—No entiendo tu pregunta. —Pedro suspiró pesadamente.
—¿Por qué dos de tus escritores? —Él se encogió de hombros debajo del dintel, lo observó como buscando la razón por la cual regresaba sobre una obviedad.
El problema era que para Pedro, aquello no era una obviedad. El problema era que en algún momento, el mensaje se había extraviado y mientras se miraban fijamente, Javier lo comprendió. Su amigo, realmente no lo sabía.
—Porque soy el agente de ambos—explicó en un susurro de voz, notando el desconcierto en los ojos azules que lo estudiaban.
—¿Qué pasó con Julieta? —Javier no supo si reír o maldecir la astucia de Paula.
—Julieta ya no trabaja con Paula, en realidad hace tres meses que dejó de hacerlo.
—¿Por qué?
—¿Por qué?—repitió incrédulo. — ¿Realmente no lo sabes?
—¿Saber qué? Ya dímelo… —Javier sonrió con aspereza.
—Ella vendió las fotografías, las robó del mail de Paula y las vendió. —El rostro de Pedro se cubrió por una mascara de frialdad, sus ojos destellaron rabia y Javier supo entonces la fortaleza que había tenido Paula al engañarlo.
—¿Por qué no me lo dijiste? —masculló con una nota de indignación.
—Creí que lo sabías.
—¿Saberlo?—En esa ocasión el tono de Pedro, se elevó incluso mas.
—Cuando Paula me llamó para pedirme consejo, me dijo que había hablado contigo al respecto. También me dijo que entre ambos habían acordado no tomar acciones legales, me dio a entender que no querías volver a oír del asunto. Y que no querías volver a oír noticia de ninguna de las dos, lo respeté. Supuse que…
—Ella no me dijo nada—Interrumpió, la cólera ya hasta era palpable—. Ella te mintió y me hizo a un lado—Javier reaccionó ante esas palabras.
—¿Ella te hizo a un lado?—Le espetó en reproche, Pedro no parecía dispuesto a tomar su parte de culpa en todo ese juego—. Nadie hace a un lado a una persona que decide alejarse, Pedro.
—No me vengas con…
—¿Vas a culparla a ella?—Lo cortó —Así que Paula es la culpable de todo, es culpable de que tú no supieras sobre Julieta y también es la culpable de que no tuvieras tu pequeña cuota de venganza. —Sonrió sin gracia—. Has resultado ser más cobarde de lo que esperaba, buen amigo.
—Cierra la boca.
—Sí, lo hare. Porque es una perdida de tiempo intentar razonar contigo, te molesta que en esta ocasión decida no estar de tu lado.
—¿Así va a ser?—inquirió alzando ambas cejas con brío— ¿Ahora tienes un nuevo favorito?
—No se trata de favoritismo, estúpido. Se trata de ti…—Javier sacudió la cabeza, incapaz de encontrar el hilo de pensamiento que utilizaba su amigo—. Pedro, no te fuiste porque te sintieras traicionado. Sé que eso fue la excusa que te diste, pero también sé la verdadera razón que te hizo marchar. Falta que tú la aceptes y dejes de actuar como la victima, nadie puede hacerte a un lado al menos que estés presente. —Miró su reloj de pulsera y luego al chico. —Es hora de irnos.
En silencio ambos abandonaron la casa, Pedro se sumergió en sus pensamientos en tanto que dejaban las calles de su barrio atrás, y se dirigían al departamento de su antigua colega. La velada ya comenzaba a fastidiarlo y eso que aun ni siquiera la había enfrentado. Todo cobraba una velocidad no deseada, mientras la paz que había amasado esos tres meses se diluía con las últimas palabras de su amigo.
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Ayyyyyyyyyyyyy no veo la hora que llegue mañana!!!!!!!!!!! Quiero saber qué pasa entre ellos cuando se encuentren!!!!!!!!!!!! Ayyyyyyyyyyy, qué nervios!!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarBuenísimo,me encanta!!!
ResponderEliminarNoooo muerooo!! No se si aguante hasta mañana! Jajaja espero ansiosa los prox caps! Bsoo @GraciasxTodoPYP
ResponderEliminarMuy buenos capítulos! Yo también quiero saber qué pasa? Mañana termina? :(
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